Residence Cap Horn Courseulles-sur-Mer
Un imponente complejo de apartamentos en Courseulles-sur-Mer (Normandía) utiliza los colores y el diseño de un barco de contenedores para destacar la sostenibilidad
Ubicado en la costa de Calvados, Cap Horn es un imponente complejo de 200 apartamentos que llama la atención. La mejora es mucho más que una simple renovación de la fachada: "resurrección espectacular" es una descripción mucho más adecuada. Un edificio gris y envejecido, uno de los tantos, se ha transformado en un conjunto multicolor inspirado en los barcos de contenedores, tan familiares para los residentes y turistas en este balneario cerca de Le Havre.
Una invitación convincente para viajar por el mundo, en palabras del arquitecto Emmanuel Boisbourdain (Atelier de la Touques). “La idea del diseño del barco de contenedores surgió de manera bastante natural y gustó inmediatamente a la administración del edificio y a todos los propietarios, aunque obviamente tuvimos que hacer algunos cambios en el camino. Inicialmente, la comunidad de vecinos nos había pedido que renováramos este edificio, construido en la década de los 70 de acuerdo con los estándares del momento para alojamientos vacacionales y, por lo tanto, estaba mal aislado. Debido a que las personas ahora esperan estándares mucho más altos en términos de comodidad, queríamos mejorar el aislamiento térmico de las fachadas durante la rehabilitación. Este es el tercer edificio en Courseulles-sur-Mer que hemos modernizado de esta manera”.
Nuevos colores frescos
Cap Horn es particularmente audaz en comparación con los otros proyectos. Todas las fachadas han sido revestidas con placas Trespa® Meteon®, un laminado de alta presión (HPL), que son estéticamente agradables y altamente duraderas, en un diseño que evoca claramente un barco de contenedores con su carga multicolor. Los colores se eligieron a propósito para resaltar esta similitud, aunque el arquitecto tuvo que moderar un poco el esquema de color inicial, de acuerdo con las pautas establecidas por el arquitecto de Bâtiments de France. Al final, se utilizaron 6 colores diferentes: A12.3.7 Carmine Red y A22.6.2 Dark Denim para el “casco”, y A05.0.0 Pure White, A08.3.1 Stone Grey, A10.4.5 Sienna Brown y A23.0.4 Mineral Blue para los contenedores. Si bien, obtener la aprobación de más de 200 propietarios era todo menos una conclusión obvia al principio, la fuerza del concepto encantó de inmediato a la mayoría de ellos. Sophie Bourdelles (FONCIA Normandie, la empresa responsable de administrar el edificio de apartamentos) dice: “Se presentaron varias muestras a los propietarios durante la reunión anual y todos quedaron convencidos de inmediato. Esta renovación le ha dado al edificio una nueva cara, es realmente asombroso. Sin duda es un proyecto excelente”.
Más allá de la estética, la calidad del producto también constituye una gran ventaja para el edificio. Trespa, que se ha forjado una excelente reputación durante varias décadas, con innumerables proyectos de referencia en Francia y en el extranjero, ha demostrado ser un activo de alto valor para los propietarios que desean proteger sus inversiones. La mayoría de los propietarios de Cap Horn son conscientes de que esta renovación ha mejorado tanto la comodidad como el valor de sus apartamentos.
¡Todos los desafíos técnicos superados con éxito!
Tanto el arquitecto como el director del proyecto se mostraron muy receptivos a los argumentos de Trespa para hacer que el edificio fuese más sostenible. Puesto que el proyecto se encuentra ubicado directamente en la costa, el revestimiento de la fachada tiene que soportar una atmósfera marina particularmente corrosiva, por un lado, y también resistir las fuertes cargas del viento. La alta resistencia al impacto (para el revestimiento en la parte inferior de la fachada) y un material de superficie no porosa para facilitar la limpieza fueron algunos de los demás criterios de selección. Una vez que se eligieron el producto y el instalador, se contactó a Trespa para garantizar una implementación fluida y eficaz.
Una obra importante
Para Ludovic Cauchi, director técnico de Esnault Charpente, el instalador, Cap Horn es una referencia histórica. Los proyectos de la empresa generalmente son de alrededor de 500 metros cuadrados de revestimiento, por lo que este trabajo, de casi 4.000 metros cuadrados de placas Trespa® Meteon®, era el primero para ellos. “El trabajo por etapas, bloque por bloque, es uno de los principales desafíos de un contrato de este tamaño. Primero se colocó el andamio, seguido de la eliminación del viejo revestimiento de amianto, una actividad que obligó a suspender todos los demás trabajos de renovación en la fachada. Luego se instaló la perfilería. Ya se había hecho un pedido del total de las placas al comienzo del proyecto a fin de garantizar la entrega oportuna. Después de completar la perfilería, elaboramos un cronograma exacto para cortar y perforar las placas. Entonces todo lo que quedaba por hacer era instalar los elementos en el sitio. En pocas palabras, normalmente se necesita de 18 a 20 meses para un proyecto de construcción como este”.
Colaboración estrecha para un resultado único
Freddy Crespel, gerente comercial de Trespa, resume el positivo espíritu de colaboración que inspiró a todos los involucrados en el proyecto para lograr un resultado sobresaliente. “Una vez que el proyecto se puso en marcha, todos trabajaron de manera extremadamente transparente cada vez que nos reunimos para discutir el progreso. Siempre, de común acuerdo, buscamos soluciones sostenibles, incluso en el caso de los edificios pequeños, literalmente eclipsados por este gran proyecto de 4.000 metros cuadrados. El arquitecto incluso creó un póster de pared para que yo pudiera presentar el proyecto internamente a nuestra junta ejecutiva. Todos trabajamos juntos sin problemas para que este proyecto excepcional fuese un éxito”.
Según Emmanuel Boisbourdain, este proyecto personifica los aspectos artísticos y creativos de la obra de un arquitecto: “Parecía una embarcación algo abandonada, como el contorno oscuro de una marisma, envuelto en blanco y negro; queríamos devolverle su orgullo, verla lista para zarpar de nuevo, transformarla en una invitación a viajar por el mundo. Para lograrlo, la modernizamos y rehabilitamos el puente de mando, le dimos una nueva capa de pintura en los colores del armador, cargamos los contenedores en su cubierta y giramos la proa hacia el mar para que ella y su tripulación pudieran partir nuevamente a un largo viaje imaginario a Cap Horn”.